sábado, 14 de abril de 2012

Escuela Nº 88
LA DESAPARECIDA PLAZA DE LA INDEPENDENCIA EN MONTE CASEROS Y ALGUNOS SUCESOS TRASCENDENTES QUE OCURRIERON EN ELLA


Por: Roberto Antonio Lizarazu



En la manzana que ya en la década de 1950, estaba construida la Escuela del Centenario o Escuela Nº 88, y en su piso superior funcionaba el Colegio Nacional de Monte Caseros, fue durante varias décadas,  un simple baldío rodeado por algunos eucaliptos y casuarinas que llevaba el nombre de Plaza de la Independencia.

La manzana contigua, la que  se encuentra ubicada entre las actuales calles: Alvear, Juan Pujol, El Maestro y Entre Ríos, hasta 1950 también se encontraban imponentes y centenarias casuarinas que alternando con paraísos, daban un toque diferente a esa manzana de  la parte céntrica de nuestro pueblo, en razón que no son árboles apropiados para una zona urbanizada. Quiero suponer que las casuarinas fueron plantadas en el mismo momento que las de la Plaza de la Independencia.

Esta Plaza  que reitero era un amplio baldío, cumplió en el período que mencionamos  de varias funciones y alternaba con la 9 de Julio, la actual Plaza Colón,  en ser el lugar de diversas actividades públicas, deportivas,   sociales y judiciales. Esta alternancia se debía a la estratégica ubicación de la Plaza de la Independencia, que quedaba prácticamente en el centro geográfico del pueblo.

Por ejemplo en ella,  el 11 de marzo de 1877 fue fusilado públicamente Elauterio (sic) Portillo (alias) Mendieta quien el 12 de marzo de 1875 había asesinado en Puerto Ceibo al comerciante español Don Juan Alari. Los motivos de esta muerte fue una conjunción de razones pasionales y económicas que como se puede observar por el resultado de la sentencia a que se arribó, no sirvieron de ningún atenuante.

Probablemente la actividad social de mayor relevancia en la Plaza de la Independencia se realiza con motivo de los festejos del Primer Centenario de Monte Caseros en el año 1929.

Esta primera celebración (existe una segunda en 1955) del centenario de su fundación está fundamentada en que el 5 de octubre de 1829, siendo Gobernador Don Pedro Dionisio Cabral, el Congreso de nuestra provincia aprueba la Ley Nº 239 por medio de la cual se autoriza a “formalizar una población” en el Paso de Higos, accediendo a un requerimiento del Comandante Militar de Curuzú Cuatiá Teniente Coronel Manuel Antonio Ledesma, ante las incursiones de indios orientales  que provenían desplazados de la actual ciudad de Santa Rosa de la Bella Unión que ya había sido fundada en 1828 con el nombre  de Santa Rosa; y que tenían como objetivo el robo de ganado y el saqueo de precarios  puestos  del  lado occidental del río que se hallaba en ese momento totalmente indefenso ante los malones de indios orientales.

Esta población de Paso de Higos o Paso de los Higos, según diferentes documentos, que efectivamente se concretó, careció de una continua y permanente radicación poblacional.

Pasado un siglo de la promulgación de la Ley Nº 239, el 5 de octubre de 1929, el Gobernador de nuestra Provincia, el doctor Benjamín S. González, preside los distintos actos conmemorativos. El Gobernador González  viajó acompañado por el Vicegobernador el doctor Erasmo Martínez y este viaje a Monte Caseros constituyó uno de sus  últimos actos protocolares en razón que sus funciones cesaron el 30 de noviembre de 1929.

En ese momento en Monte Caseros, presidía la Municipalidad, el Interventor designado por el gobierno provincial, Don Francisco G. Albisu. Hay que tener en cuenta que los Departamentos Provinciales estaban a cargo en ese momento de Presidentes Municipales, institución ésta que perduró entre 1867 y 1941. Recién en este último año se establece en nuestra provincia la organización de las actuales Intendencias Municipales con sus correspondientes Concejos Deliberantes.

Tampoco se debe dejar de mencionar que nuestro pueblo en tres años, entre 1929 y 1931, contó con la nada despreciable cantidad de diez (10) Interventores Municipales que se alternaban en su ejercicio, debido  a los crónicos conflictos irresueltos entre autonomistas y liberales. Todo muy poco serio.

 Pero volvamos a lo nuestro. Estos actos en la Plaza de la Independencia constituyeron los que podríamos denominar “actos ecuestres” como carreras de sortijas, varias pruebas de destreza y hasta un par de cuadreras, de las cuales  se registra en las crónicas que el señor Gobernador era un ferviente aficionado, y en la Plaza Colón las actividades cívicas, habitualmente “pedestres”, como por ejemplo los desfiles escolares, la actuación de bandas de música y otras.

Un par de décadas después, en nombre del progreso se ocupó ese espacio vacío de nuestro pueblo y sin ningún reparo se edificó en su nombre, sin tener en cuenta el beneficio que tendría para las generaciones futuras el contar con una plaza en pleno centro geográfico de Monte Caseros. La Escuela Nº 88 la cual bien podría haber sido edificada en cualquiera de los amplios baldíos existentes en ese momento, que eran muchísimos, y no construirla en una manzana que estaba prevista como  plaza pública de acuerdo al proyecto realizado en  la ampliación del Agrimensor Carlos Wybert quien desde diciembre de 1870 a marzo de 1871, había realizado el amojonamiento del pueblo y establecido la primera ampliación de la planta urbana, determinando tres plazas para el proyecto de ampliación mencionado.

Años después igual suerte corre otra plaza, la Plaza de la Iglesia,  en la cual en la década de 1940 se levantaron las instalaciones de Obras Sanitarias, desapareciendo también  del proyecto urbanístico  del Agrimensor Carlos Wybert.

De las tres plazas que fueron proyectadas en 1870 para la parte céntrica de nuestro pueblo, hoy después de trece décadas queda solamente una, la actual Plaza Colón. Por supuesto todo ello realizado en nombre del incontrastable progreso.


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