lunes, 25 de octubre de 2010

Los cortes de luz en Monte caseros


Por: Roberto Antonio Lizarazu


Los cortes de luz durante las décadas del 40 y del 50 del siglo pasado, constituían un tema recurrente de preocupación de los vecinos y ocurrían casi diariamente. En ocasiones los apagones duraban varios días enteros.


Como yo concurría a la escuela Nº 32 en el turno tarde, hubiera o no energía eléctrica, no afectaba para nada el dictado de las clases. En mi caso particular lo que más me molestaba era la imposibilidad de ir al Cine.


La usina era privada, de la familia Balbi y comenzó su precario suministro en 1929. Este inicio de la usina coincidió y formó parte de los festejos del primer centenario de la promulgación de la Ley 239, que disponía la fundación de un poblado en el Paso de Higos.


Recuerdo que como la gran mayoría de la edificación de las propiedades eran anteriores a 1929, las paredes y los techos lucían en mi época infantil, a la vista un entramado de cables que iban y venían por las distintas habitaciones de las casas. Todo estaba a la vista y constituía un peligro a plazo fijo. Ese peligro se puso en evidencia cuando algunas priopiedades se incendiaron.


Sobre este tema de los incendios y otros siniestros, comentaré la semana que viene.

lunes, 18 de octubre de 2010

La Heladería de Pililo

Por: Roberto Antonio Lizarazu


En las décadas del 40 y del 50, funcionaba en la calle Colón en la vereda par entre el 1000 y el 1100, la ""Heladería de Pililo". Lugar de reunión obligada de las noches de verano, donde después de la cena, las familias se reunían en las mesas colocadas en el veredón de la heladería a saborear los helados, que para mí, fueron los más sabrosos de mi vida.


Durante el día se especulaba, si habría luz o si no habría luz, para ver si a la noche se podía ir al Cine o a lo de Pililo. La noche perfecta resultaba cuando se podía hacer doblete. Cine y helado.


Como todo el servicio de la heladería era al aire libre, (incluso en noches de verano yo concurrí al Cine de Gorbeña a ver películas que se proyectaban con las sillas ubicadas al aire libre en la cancha de pelota que estaba a metros del Cine) su consumo no era nada fácil.


Un espectáculo aparte resultaba la competencia de defender el helado de los bichitos de luz y de otros insectos nocturnos voladores, como los taca taca, que realmente eran verdaderos kamikaze.


Los manotazos defensivos lanzados al aire eran parte del sabor especial de esos inolvidables helados casereños. Reitero los más sabrosos de mi vida.

jueves, 14 de octubre de 2010

La muerte de Juan Ramón Vidal y Monte Caseros


Por: Roberto Antonio Lizarazu


Juan Ramón Vidal, llamado el caraí-guazú del Taragüí, fallece el 4 de septiembre de 1940 en Buenos Aires. En ese momento era senador nacional por Corrientes. Sus restos son velados en el Senado de la Nación y luego trasladados en tren hasta Corrientes capital para su inhumación.


La primera parada que hace el tren cuando llega a nuestra provincia, es en Monte Caseros. El vagón que trasladaba el féretro es abierto para que sea observado por los vecinos que se habían reunído en la Estación y se realice el homenaje de sus partidarios: Los autonomistas.


La mayoría de los paisanos llegaron montados con sus mejores prendas, de rigurosa boina y poncho colorado, igualmente que las cocardas de sus caballos. Ese día la Estación de Monte Caseros fue totalmente colorada.


Eduardo Baeza, el dueño del primer cine de Monte Caseros y autonomista declarado y confeso, es uno de los oradores que homenajea y despide al caraí-guazú de nuestra provincia con un encendido discurso, que mereció vivas y sapukái generalizados en homenaje al fallecido.


Por supuesto que el suscripto no fue testigo de este hecho, por que tenía un solo año de edad, pero me acuerdo perfectamente que esta narración la escuché decenas de veces en mi infancia. Esto ocurrió en nuestro pueblo el 7 de septiembre de 1940.

lunes, 11 de octubre de 2010

La muerte del Gato Moro en Monte Caseros


Por: Roberto Antonio Lizarazu


El Gato Moro es muerto en Monte Caseros por la policía montecasereña el 7 de octubre de 1889.


Si Eduardo Gutiérrez hubiese conocido las andanzas del Gato Moro, seguramente formaría parte de su obra, conjuntamente entre otras, a Juan Moreira, Hormiga Negra y el Tigre del Quequén.


Por favor no confundir con el Gato Moro de Santa Tecla, que era uno de los seudónimos del exquisito Ernesto Ezquer Zelaya, literato de primera si los hay y dueño de la estancia Santa Tecla en Ituzaingó. Error que no me lo perdonaría mi hermano mayor Carlos Antonio, ferviente admirador de la obra de Don Ernesto Ezquer Zelaya.


El Gato Moro era el nombre de guerra de Alberto Zárate, correntino de nacimiento y quien fuera un legendario bandolero con área de influencia de sus correrías en ambas márgenes del Río Uruguay, la Mesopotamia y el Paraguay. No es este el lugar ni la ocasión para detallar sus actividades delictivas, pero por circunstancias de la vida, es muerto en Monte Caseros por guardias de la policía montecasereña.


A principios de octubre de 1889, siendo Don Oscar Domínguez el Jefe Político de Monte Caseros (El Jefe Político era el representante del Gobernador de la Provincia. En este caso el Gobernador era Juan Ramón Vidal ) y Don Eduardo Mouzo, era el Presidente Municipal de Monte Caseros electo por los vecinos, ambos son avisados que el Gato Moro cruzó el Uruguay desde Santa Rosa en una chalupa, acompañado de gente armada llegando al arroyo Mangangá.


Domínguez que en su carácter de Jefe Político además tenía su cargo la policía, envía una partida al mando del Alférez Ballejo (1) (montecasereño él , al que el pueblo le debe por lo menos el nombre de una calle) y se enfrentan con el Gato Moro y tres de sus compinches de fechorías. Estos últimos huyen y el Gato Moro se enfrenta solo a la partida y muere pronunciando sus ultimas palabras "Solo muerto me han de llevar. Un Gaucho como yo no se rinde a la policía".


La trágica muerte del Gato Moro en Monte Caseros y sus particulares circunstancias, tienen tanta repercusión que la noticia fue publicada con lujos de detalles en Buenos Aires, en el periódico "El Diario" (2) el día 9 de octubre de 1889, apenas dos días después de sucedido el hecho. Además mereció un extenso capítulo de Alfredo Ebelot en su libro "La Pampa".


También Clarín recordó en su edición del 7 de octubre de 1996, en su sección Sociedad, página 66, el mismo suceso que nos ocupa, en una noticia titulada "Esto pasó un 7 de octubre".


(1) En 1950, había en Monte Caseros un par de familias Vallejo, pero Ballejo con b larga no. En los documentos que pude observar, efectivamente se registra Ballejo, apellido español que existe con v corta y con b larga.
(2) No confundir con "EL Diario" de Paraná (ER) que comienza sus publicaciones en 1914.

lunes, 4 de octubre de 2010

El barrio de mi infancia en Monte Caseros


Por : Juan Abel Angelico
Le decíamos “el caballito” a la moneda de 10 pesos por que tenia en el reverso la figura de San Martín montado en su famoso caballo. Con esa moneda todos los días iba a comprar pan  “de pico “ en el almacén de “Sosita”  que estaba a dos cuadras de mi casa. Era  un local como los de esa época en  los que se conseguía de todo, desde kerosén para el calentador hasta funcionaba como una especie de bar donde algunos hombres tomaban algunas medidas de ginebra Bols y después continuaban su camino. En esa época todo se compraba  suelto desde galletitas las que venían en grandes latas cuadradas con una ventanita redonda de vidrio, pasando por azúcar fideo y arroz. Esto se envolvía en  trozos de papel los que hábilmente el almacenero los cerraba con unos clásicos pliegues. Los mandados se hacían con unas bolsas que venían para tal fin por que no se conocían las bolsas de plástico como las de ahora.
Cruzando la calle del almacén estaba  Don Meza el zapatero  donde llevaba  a reparar nuestros calzados, que quedaba enfrente de los de Sosita, el tenia el taller en una pequeña piecita de su propia casa. Todavía recuerdo los olores de cuero y tintura para los zapatos.
Otros personajes reconocidos del barrio eran: Don Raviol,  el taxista, Romero el Tornero y Don Mandarino el radioaficionado  (LU7LFA)  , con sus extraños equipos y grandes antenas de alambre, también los  hermanos Meza que eran chapistas y mecánicos, a dos cuadras vivía mi abuela y al lado la carpintería de mi tío Alfredo.
En el barrio tenia algunos amigos, de los cuales voy a recordar a los que considero los mejores  aunque hace años no los veo, ellos eran los “Mendoza” Juan y Lito con los que cambiábamos revistas y nos pasábamos horas charlando.
También estaban los “Repeto” unos chicos mayores que yo, quienes siempre me maravillaban con los aeromodelos de madera balsa que construían y hacían volar.
Las calles de mi barrio eran tranquilas y sin ningún peligro, donde se podía soñar con manejar un formula 1 o pilotear una avión simplemente andando en bicicleta, donde por esas calles mi hermano y yo pasábamos horas enteras jugando a la pelota o remontando barriletes.
La foto solo es ilustrativa.

UN ABRAZO A MI CIUDAD

A medida que pasan los años, nuestros recuerdos de la infancia se vuelven mas añorados, tal vez por que para muchos es la etapa mas hermosa de la vida. Nuestra amiga Cristina Isabel Gogorza nos regalo alguno de sus recuerdos, los que comparto con ustedes.

Hola  Juan estoy otra vez contando algo Al leer el blog de Crónicas Cacereñas,me llega un gran recuerdo cuando éramos chicos en las noches de verano salíamos a jugar a las escondidas ;los vaqueros ; mancha envenenada ; cuando el tanque de agua frente a mi casa todavía no era toda la manzana y las luces de la calle era como una lamparita de linterna éramos dueños de la calle y hasta el baldío que comento otro juego era el bando que se trataba de una pelota de trapo que nos tirabamos entre un bando y  otro se armaban lindos líos nadie quería perder ajajá. Entre los chicos estaban Mari Quiroz, mi hermana y yo, Susana Sella y sus hermanos, a veces Nilda Mesa, los hermanos Tello habían también de apellidos Fleitas; bueno hay algunos nombres mas que  en este momento no recuerdo de todos los Chicos del puerto éramos muchos .Luego contare otras anécdotas de nuestra época por que creo que a  los mas chicos les va a interesar nuestras vivencias cariños a todos mis viejos amigos con los compartí tantas cosa bellas 

El Clarín fue el primer periódico de Monte Caseros

Por: Roberto Antonio Lizarazu


Todos sabemos que Clarín es el Gran Diario Argentino, pero pocos saben que El Clarín, fue el primer periódico de Monte Caseros.


En 1875, dirigido y redactado por Don Eliseo Barrios, comienza la distribución de El Clarín. La palabra redactado en este caso, nunca fue mejor empleada, por que El Clarín era manuscrito.


Si señores, nuestro primer periódico era manuscrito, redactado uno por uno por Don Eliseo Barrios; y por supuesto distribuído a domicilio por el redactor.


Conviene aclarar que Don Eliseo Barrios fue en 1877, Presidente Municipal de nuestro pueblo. El cargo es el equivalente a Intendente Municipal de nuestros días. La Institución comunal de Presidencias Municipales rigió en Monte Caseros desde 1867 a 1947.


En 1950, aún quedaban en Monte Caseros descendientes de Don Eliseo, que por supuesto llevaban su mismo apellido: Barrios. Yo fuí compañero en la Escuela Nº 32 de Rorro Barrios, y conocí a su padre que era maestro de la misma escuela Nº 32; y compañero de tareas de mi madre que también era maestra en la misma escuela, igualmente que mi hermana Lupe.


Una de las grandes frustraciones de mi vida , fue no haber podido hallar un ejemplar de El Clarín. Menos mal que existieron algunos historiadores que documentaron esa notable circunstancia y evitaron que todo quede en el olvido. Como Ricardo E. Sagarzazu, en la "Fundación de Monte Caseros y otros trabajos", Acquatint, Bv. Seguí 828, Rosario, agosto 1988.


Ya pasó un siglo, generosamente ya pasó un sigo, y aún falta hacer el merecido homenaje y reconocimiento a Don Eliseo Barrios y a su gran obra: El Clarín, el primer periódico de Monte Caseros.