sábado, 31 de marzo de 2012


ASI ENTRABAMOS Y SALIAMOS DE CLASES EN LA ESC. 32

Por: Roberto Antonio Lizarazu
A mi amigo Luís Alberto Ponzoni.

Hace pocos meses, el 3 de noviembre último, se conmemoró el ciento cuarenta y siete aniversario del fallecimiento de Juan Chassaing, el autor de los versos de la inmortal marcha A mi bandera.

Cuando el suscripto era un niño, por que todos los mayores en algún momento más o menos lejano lo fuimos, entre los años 1945 y 1951, cursé la primaria en la Escuela Nº 32 de Monte Caseros y el ingreso a las aulas y el egreso de la Escuela se realizaba cantando a viva voz A mi bandera, por supuesto luego de izar y arriar la misma y musicalizado por una maestra que acompañaba tocando  el piano que se encontraba en el hall central o Salón de Ceremonias como se denominaba en esa época.

Para algún progresista desmemoriado conviene recordar que el período entre los años 1945 y 1951, correspondieron a la primera  presidencia de Perón.

La letra de A mi bandera  fue redactada por el porteño Juan Chassaing nacido el 15 de julio de 1839 y la música compuesta por el italiano Juan Imbroisi, nacido en Paola el 27 de febrero de 1866. De ambos haremos una breve reseña de sus respectivas y dispares vidas.

Juan Chassaing se recibió de abogado en 1862 y fue soldado; cuando no, periodista y además parlamentario. Comenzó su carrera periodística publicando notas en 1857 en el periódico  de tendencia liberal La Espada de Lavalle con el seudónimo de Aristarco. Luego en 1862 integró la dirección del periódico El Nacional  y en 1864 fundó y fue redactor del periódico El Pueblo, poco tiempo antes de fallecer. Todos ellos en Buenos Aires.

Chassaing tiene una destacada participación en los conflictos que ocasionaron la separación de Buenos aires de la Confederación.  Integró las tropas porteñas comandadas por Bartolomé Mitre durante los enfrentamientos con las fuerza de la Confederación que lideraba Justo José de Urquiza. Chassaing participó en la batalla de Cepeda en 1859 y en la de Pavón en 186l.

Hay varias interpretaciones de diferentes autores del momento preciso cuando Chassaing pudiera haber escrito los versos de A mi bandera. En mi opinión, me inclino a suponer que la más factible es la siguiente, la que además es comentada por Ricardo Gutiérrez (1836-1896) en sus memorias.  Luego de ser derrotados en Cepeda, las tropas retrocedieron hasta San Nicolás de los Arroyos donde se dividieron en diversas fracciones que hacía más fácil la huída y la dispersión de los mitristas. Chassaing queda integrando un grupo diferente al del abanderado en la batalla, quienes regresan hacia Buenos Aires por otro rumbo.

En el grupo que regresa el abanderado, también lo hizo un amigo personal de Chassaing, el destacado médico Ricardo Gutiérrez, quien además compartía con Chassaing la inclinación por las letras y por la poesía. Antes de partir Chassaing  le entrega a Gutiérrez un sobre con diversa papelería para que lleve a Buenos Aires.

Gutiérrez supone y así lo aclara en sus memorias, que el mismo fue quien llevó esos versos a la casa de la familia Chassaing, entre el resto de la papelería. No está demás recordar que el Hospital de Niños de Buenos Aires, lleva el nombre de Doctor Ricardo Gutiérrez en homenaje a su labor pediátrica.
La música correspondió a Juan Imbroisi.

A MI BANDERA

Aquí está la bandera idolatrada,
La enseña que Belgrano nos legó.
Cuando triste la Patria esclavizada
Con España sus vínculos rompió.

Aquí está la bandera esplendorosa
Que al mundo con sus triunfos admiró.
Cuando altiva en la lucha y victoriosa
La cima de los Andes escaló.

Aquí está la bandera que un día
En la batalla tremoló triunfal,
Y llena de orgullo y bizarría
A San Lorenzo se dirigió inmortal.

Aquí está como el cielo refulgente
Ostentando sublime majestad.
Después de haber cruzado el continente
Exclamando a su paso:
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!

Esta es la letra original redactada por Chassaing. Previamente a su publicación, ya adaptada la música de Imbroisi, en 1900, el renglón “con España sus vínculos rompió” se modificó por “con valor sus vínculos rompió”, que es la versión que nosotros cantábamos a grito pelado en la Escuela Nº 32 de Monte Caseros.

Siguiendo con Imbroisi; llega a nuestro país a fines del siglo 19, cuando Chassaing ya había prematuramente fallecido. Se dirige a Córdoba donde continuó sus estudios de armonía y composición musical. En 1889 ingresó al Ejército desempeñándose como Director de Banda. En 1906 ingresó a la Escuela de Música Militar y fue maestro de la banda del Regimiento 7 de Infantería.

Imbroisi escribió la música de numerosas marchas y canciones patrióticas, entre ellas la notable A Mi Bandera, que nos ocupa en este comentario y que fuera cantada por primera vez en una ceremonia en Campo de Mayo en noviembre de 1906. Imbroisi fallece en Buenos Aires el 17 de septiembre de 1942.

Fue enterrado con honores en el panteón militar de la Chacarita y acompañado por una banda militar a los sones de A mi Bandera.

“Aquí está la bandera idolatrada, la enseña que Belgrano nos legó”.


miércoles, 14 de marzo de 2012

1948 - Entrevero entre soldados y policías en el corso de Monte Caseros

Por:Roberto Antonio Lizarazu


Este incidente ocurrió en los carnavales de 1948. En esos años el corso se realizaba en dos cuadras de largo sobre la calle Alvear, del 1000 al 1200. Casualmente nuestra casa quedaba en el centro del corso, en Alvear 1075.
La pica que existía entre los soldados destinados en los distintos regimientos que había en nuestro pueblo y los policías de Monte Caseros, eran un clásico pueblerino en permanente in crescendo; y que hasta ese momento habían quedado limitados a las peleas dentro del ámbito del Punta de Fierro o de La Cuadrada, pero nunca habían tenido una importancia tan grave y un escenario tan visible para evidenciarse.


Una noche cuando finalizaba el corso, cosa que ocurría a las 24 horas puntualmente, se armó un entrevero generalizado entre soldados y policías. Los policías armados con sus sables cortos y semicurvos que se usaban en esa época y los soldados “desarmados”, desarmados de armas blancas, pero armados con sus cintos de cuero, provistos de una hebilla metálica de gran tamaño, que eran utilizados como un arma efectiva y temible. Veinte años de edad, bien alimentados, con instrucción militar diaria, armados de sus cintos, presumiblemente entonados con alguna de las bebidas que se vendían en las calles transversales por medio de algunos paisanos que devenidos en bolicheros y utilizando sus jardineras traían distintos canastos con empanadas y otros comestibles que se vendían a la vista y damajuanas y porrones de diferentes bebidas que se comercializaban disimuladamente sin que nadie reparara en nada, por detrás de la jardinera.


Además de todos estos detalles y sobre todo por su mayor número de contendientes, la suerte a favor de los soldados
estaba echada antes de comenzar la gresca.


Nosotros, simple testigos de los hechos, nos retiramos de apuro cargando cada uno su silla hasta dentro de la casa, por que los vecinos, llamémosles frentistas, sacábamos las sillas y observábamos el corso sentados en el veredón.
Finalmente terminamos viendo la pelea detrás de las rejas de las ventanas de los dormitorios y se podía observar, por el desbande de los policías, una amplia ventaja de los soldados. Los heridos fueron numerosos y de ambas partes. Esto se podía deducir fácilmente a la mañana siguiente, por la cantidad de sangre que, a falta de papel picado y de pomos usados, adornaban profusamente las veredas de lajas coloradas de la calle Alvear.


Este incidente dio que hablar por meses a los vecinos y se agrandaba en el número de heridos y en la cantidad de acciones de coraje y de habilidad en el manejo de las diferentes armas a medida que pasaban los días.
Aclaro que en Alvear al 1100 funcionaba una gomería y surtidor de combustible de la familia Acevedo, que eran nuestros vecinos y que un par de años antes había sufrido un siniestro de proporciones. En un momento determinado una de las escaramuzas más risueña resultó ser la de un policía que peleando con su sable contra dos soldados, imprevistamente se vio atacado por el perro de los Acevedo que se había soltado. El policía no tiene la mejor idea, cosa que no había hecho contra los soldados, de sacar su revolver y atacar a balazos al animal. Menos mal que no atinó a nadie ni a los soldados ni al perro. Solamente dejó picadas las paredes del frente de la gomería. Los vecinos comentaban que probablemente este policía también había previamente visitado varias veces a las jardineras mencionadas mas arriba.


Que verdad resultan ser los versos que José Hernández cuando le hace decir a Fierro en su Capítulo XI, verso 1930 de “El Gaucho Martín Fierro”, que:
“… y se enllenó de tal suerte
Que andábamos a empujones;
Nunca faltan encontrones
Cuando un pobre se divierte”

martes, 13 de marzo de 2012

El Almacén de Goya y la Cigarrería de Goya

Por: Roberto Antonio Lizarazu


Como ya comenté anteriormente, en la década de 1945 a 1955, vivíamos en Alvear 1075 (Alvear entre Santa Fe y Entre Ríos, hoy sería, Alvear entre El Maestro y Entre Ríos) y en ambas esquinas de la cuadra, tanto al 1000 como al 1100, existían dos locales comerciales de diferentes rubros, pero ambos pertenecían a dueños que llevaban el mismo apellido: Goya.


Al 1000 de Alvear estaba en la esquina sureste el Almacén de Goya con el domicilio familiar al lado y en Alvear al 1100 en la esquina noroeste, la Cigarrería de Goya, también con el domicilio de la familia anexo. (Ver el incendio de la Cigarrería de Goya).


El almacén de Goya se encontraba exactamente enfrente del correo, que quedaba en la esquina noreste de Alvear al 1000.
Ambas familias, los Goya, no eran parientes entre sí.

lunes, 12 de marzo de 2012

EL FERROCARRIL LLEGA A MONTE CASEROS


Por: Roberto Antonio Lizarazu


En el portal Corrientes Opina, hace unos días le comentaba al Profesor Juan Carlos Pola Raffo, que en relación a la reiterada frase atribuida a Sarmiento “De Corrientes ni el polvo de mis botas llevaré”, se debería tener en cuenta lo siguiente: “Una de las tantas fábulas que conforman nuestra “bibliografía” histórica, es la que en un momento determinado, Sarmiento al retirarse por ferrocarril de Corrientes; y entrando a Entre Ríos, al momento que se limpiaba sus zapatos, pronunció la famosa frase “De Corrientes ni el polvo de mis botas llevaré”.


Le decía al profesor Raffo que: “Hay que reconocer que la frase en cuestión, entraña cierto atractivo teatral y melodramático y es fácilmente recordada por las personas que la escuchan. Pero de ahí a ser verdad hay una gran diferencia.”


“Veamos que tiene para ilustrarnos la “Historia de los Ferrocarriles Latinoamericanos” de la CEPAL, Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas, Montevideo, 1982. El actual Ferrocarril General Urquiza, se denominaba en sus inicios Ferrocarril Argentino del Este, y comprendía el recorrido entre Concordia y Monte Caseros o sea el tramo no navegable del Río Uruguay. Fue inaugurado en dos tramos, el primero de Concordia a Federación el 29 de marzo de 1874, durante la presidencia de Sarmiento, y el segundo tramo, de Federación a Monte Caseros inaugurado el 20 de abril de 1875, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda. Por aquellos días, la estación se llamaba Chajarí, y la localidad Villa Libertad, pero debido a las confusiones que ocasionaba el uso de los dos nombres, una ley provincial determinó que se llamara Chajarí a partir del año 1934.

“Resumiendo: Sarmiento (presidente del 12.10.1868 al 12.10.1874) inaugura el tramo ferroviario de Concordia a Federación el 29 de marzo de 1874. Avellaneda (presidente del 12.10.1874 al 12 de octubre de 1880) inaugura el 20 de abril de 1875 el tramo Federación Monte Caseros. Es Avellaneda quien llega a Monte Caseros y es homenajeado esa misma noche del 20 de abril (2) en el Club Progreso de Monte Caseros, situado en la calle Alvear. El que se retira de Monte Caseros, por ferrocarril hacia Buenos Aires, es Avellaneda, no Sarmiento.”
“Sarmiento jamás estuvo en Corrientes vivo. Fallecido en Paraguay estuvieron sus restos en Corrientes, capital donde se le realizó en la iglesia de la Merced un responso en su carácter de ex presidente.”


Un testigo presencial.
Pero lo que nunca se tiene en cuenta, al margen de los clásicos autores históricos, tanto del ámbito de nuestra provincia como los autores de mayor alcance temático, es de la existencia de un testigo presencial de la visita de Avellaneda a Monte Caseros, y que lo dejó todo detalladamente escrito. Se trata de un niño de 12 años que con el tiempo llega a ser un importante funcionario en varias actividades que se desenvuelve. Se trata del doctor Fabián Panelo y su libro “Páginas Sueltas”. (1)


Con Panelo se termina la “guitarreada” sobre este tema. El estuvo ahí, lo vio todo y lo escuchó todo; y de adulto lo escribió.


Previamente a los recuerdos del niño Panelo, mencionaremos lo que nos señala sobre el particular, Ricardo E. Sagarzazu en su obra “La Fundación de Monte Caseros y otros estudios”, impreso por Ovejero Martín Editores, Rosario, 1998, “El 19 de abril de 1875 (2) el nuevo Presidente de la Nación, Nicolás Avellaneda, inauguraba el segundo tramo de la línea con un tren que lo llevó, acompañado de brillante y numerosa comitiva, desde Concordia hasta Monte Caseros. La celebración en este pueblo en este pueblo fue exultante. Se levantaron arcos triunfales sobre el último kilómetro de vía. Se oyó en la Estación del Este la música de varias bandas militares mientras en el aire estallaban bombas de estruendo. La muchedumbre, gentes del pueblo y de los campos montecasereños, desbordaba su grito de alegría. El Padre Solari, párroco de la villa, decía sus latines para bendecir el elegante edificio de corte victoriano que todavía hoy se nombra como “estación del Este”. Un banquete se sirvió distribuido en las distintas salas de la Terminal ferroviaria. A los postres se oyó la palabra de aquel famoso orador que fue Nicolás Avellaneda.”


Ahora sí reproduciremos los recuerdos escritos por el niño Panelo en su obra que ya mencionamos: “Vi desfilar personajes de nombradía cuyos apellidos y hechos me eran conocidos debido a mi temprana afición de asiduo lector de diarios. Llegó la hora de los discursos y el Presidente Avellaneda inició la serie. Carecía yo, como era consiguiente, de la aptitud y el discernimiento para juzgar su oratoria. Sólo recuerdo que su voz tenía acentos armoniosos y que me había producido una deliciosa sensación de dulzura y embeleso.” (1)


Es preciso reiterar que el discurso de Avellaneda que embelesó al niño Panelo, ocurrió en la Estación del Este, en horas vespertinas. Era la hora de los discursos, esa fue la inauguración oficial de la línea ferroviaria. A la noche en el Club Progreso fue el baile de homenaje. No hubo discursos, solamente se bailó hasta la madrugada.




(1) Fabián Panelo. “Páginas Sueltas” Editado por Librería La Facultad, Buenos Aires, 1927.
(2) Hay un día de diferencia entre la fecha mencionada por Sagarzazu y la CEPAL.

viernes, 9 de marzo de 2012

VELAZCO-IRASTORZA


Por: Roberto Antonio Lizarazu


Perón visita Corrientes y es recibido por Velazco e Irastorza. Foto Diario Época


05.12.1948 - VELAZCO-IRASTORZA: UN ESQUINENSE Y UN MONTECASEREÑO, QUIENES OPORTUNAMENTE COMPUSIERON UNA EXITOSA FÓRMULA POLITICA






Dentro de pocos días se cumplirán sesenta y tres años de ese notable y ejemplar suceso que honra la vida institucional y democrática de nuestra provincia.


Seguramente en el ámbito político de nuestra Provincia, la fórmula de gobierno compuesta por el primeramente Interventor y luego Gobernador de nuestra Provincia, el esquinense, General Juan Filomeno Velazco, acompañado por un montecasereño, el doctor Fernando Irastorza, constituyeron una de las fórmulas de gobierno electas mas eficientes y transparentes de nuestra historia institucional democrática.


Juan Filomeno Velazco nace en Esquina el 5 de julio de 1892 y es el séptimo hijo del matrimonio de Don Eustaquio Velazco y de la señora Marcelina Martínez. En el año 1910 ingresa al Colegio Militar de la Nación e inicia una destacadísima carrera profesional que culmina entre otras funciones, como titular de la Secretaría del Ministerio de Guerra y luego en la Jefatura de Seguridad de la Policía de la Capital Federal.




Estando en actividad, seguramente su labor más relevante la ejerció cuando fuera designado para la organización como ente competente de los delitos federales, como el primer Jefe de la Policía Federal Argentina, cargo que cumplimentó hasta el 7 de julio de 1947.


Ya retirado de la actividad militar, el 12 de septiembre de 1947 es designado por el Poder Ejecutivo como Interventor de nuestra Provincia y comienza su notable labor política y de Hombre de Estado, la que incluso opaca sus logros meramente profesionales.


El 5 de diciembre de 1948, día que se constituyó en un hito trascendental para la historia del adecuado funcionamiento de nuestra vapuleada institucionalidad democrática provincial, conformando la fórmula Velazco-Irastorza, ganan las elecciones provinciales para gobernador y vice por amplio margen, y ambos asumen sus cargos el 12 de marzo de 1949.


El doctor Fernando Irastorza Irastorza (sic), mal que les pese a mis numerosos familiares curuzucuateños, era nacido en Monte Caseros y así consta en los registros correspondientes sobre el particular. (1) Reitero nace en Monte Caseros el 22 de marzo de 1910, en el establecimiento “San José” propiedad de su padre. Era hijo de José Miguel Irastorza oriundo de Beasain, Guipúzcoa, (País Vasco) y de Angela Irastorza Insausti, nacida en Artigas (ROU).




Fernando estudia el secundario en el Colegio San José, un Colegio de Padres Bayoneses en la calle Azcuénaga y Bartolomé Mitre, en Balvanera, Buenos Aires y estudia medicina en la Universidad de La Plata.




Ya recibido de médico y destacándose como cirujano, finalmente luego de casarse con la señora Adela Coppola Amadeo en diciembre de 1937 a los veintisiete años, se radica en Curuzú Cuatiá, lugar donde residía su hermano Juan Irastorza.


La labor de gobierno de ambos mandatarios es largamente favorable para los intereses de nuestra provincia y sobre todo para los de nuestra sociedad. Para no cansar con datos, solamente detallaremos las concreciones más trascendentes.


Se destacan entre las mismas las denominadas genéricamente “Obras Públicas”, las que siempre sufrieron muy mala prensa en razón de que cuando los emprendimientos son realizados por gobiernos denominados de izquierda son criticadas por los denominados de derecha y viceversa. En relación a este tema, proyectos de gran escala como base de la recuperación económica y sobre todo el empleo de mano de obra masiva, fueron llevados a cabo por distintos gobernantes de ideologías opuestas con diversa suerte. Solamente en el siglo 20, desde Franklin Delano Roosevelt, con su New Deal; Getulio Vargas, Adolf Hitler, Benito Mussolini, Joseph Stalin, Juan Domingo Perón, además de otros programas mas modestos. Los proyectos de obras públicas siempre merecieron las más enconadas críticas de sus circunstanciales oponentes ideológicos sin ninguna posibilidad de equilibrio ni de encontrar el necesario justo medio. Pareciera que la premisa fuese: Toda obra que realice mi adversario político, en principio está mal hecha.


De esta característica crítica, tampoco se eximieron a pesar de la reconocida probidad de ambos integrantes del Ejecutivo de nuestra Provincia. Las críticas periodísticas del momento rozaron lo difamatorio y las acusaciones de diversa índole fueron habituales. Consultando las hemerotecas de los diversos medios opositores de ese momento se puede constatar lo mencionado.


En nuestra provincia se pavimenta la actual ruta 12 (en ese momento denominada Ruta Juan Domingo Perón) bordeando el Río Paraná que une en sus extremos Corrientes Capital con Esquina y se construyen todos los puentes necesarios entre ambas ciudades, incluyendo el puente sobre el Río Corrientes que une Goya con Esquina de 680 metros de longitud y que fuera en su momento para nuestra provincia un notable logro de la ingeniería vial.


Se realiza el enripiado de la actual ruta 14 (Denominada Ruta General San Martín) con su traza paralela al Rió Uruguay, desde su límite con la Provincia de Entre Ríos hasta la de Misiones, uniendo los Departamentos de Monte Caseros, Paso de los Libres, San Martín (La Cruz), Alvear, Santo Tomé y continuando hasta la Provincia de Misiones. Hoy ambas rutas son parte del complejo denominado genéricamente “Ruta del MERCOSUR”.


Se concreta una ruta de 150 km. (la 126) uniendo las ciudades de Curuzú Cuatiá, con Esquina y (parte de la 119) con Monte Caseros. Todos estos trazados merecieron las correspondientes obras de puentes, desagües y alcantarillados correspondientes, la mayoría de los cuales aún se hallan en pié en perfecto estado de conservación y en servicio permanente.


En este período de gobierno, el 26 de julio de 1950, se crea La Casa de Corrientes y se funda el Banco de la Provincia de Corrientes. Aunque en mi opinión personal uno de los logros de mayor importancia, si no el más importante, fue la construcción de más de 1.100 viviendas en toda la provincia que posibilitó convertirse en propietarios a 1.100 familias correntinas. No es poca cosa para una provincia que se caracteriza por el desarraigo masivo y progresivo de sus habitantes.


Estas viviendas fueron concretadas por dos vías crediticias y con diferentes modalidades de planes, por el Banco Hipotecario Nacional y por el Instituto de Previsión Social de La Nación, que en coordinación con el gobierno provincial y las respectivas municipalidades llevaron a cabo este importante proyecto.


Además en ese período gubernamental se construyeron y pusieron en marcha 23 Escuelas de enseñanza primaria, 4 en Corrientes Capital y 19 en el interior de nuestra provincia. Cifra nunca igualada dentro del ámbito educativo provincial para un solo período de gobierno; y eso que en esa época las obras públicas se inauguraban una sola vez.


Como en el orden nacional había comenzado a regir la nueva Constitución Nacional a partir del 16 de marzo de 1949, fue necesario adaptar nuestra Constitución provincial a las nuevas premisas instituidas en el orden nacional. El 30 de mayo de 1949 fue sancionada por nuestra Legislatura la respectiva Constitución Provincial con las adaptaciones correspondientes.


Posteriormente el doctor Irastorza es designado en el cargo de Ministro de Gobierno del nuevo gobernador, el también esquinense, el doctor Raúl Benito Castillo quien asume el 5 de junio de 1952, con la fórmula Castillo-Forte, pero eso ya es otra historia y nos ocuparemos, en otra ocasión.




(1)-La Partida de Nacimiento así lo confirma. Si bien es verdad que hace unas décadas circularon copias de una Partida de Nacimiento evidentemente apócrifa, donde figuraba como lugar de nacimiento del doctor Irastorza la ciudad de Curuzú Cuatiá, las mismas eran de una falsedad insalvable.

jueves, 8 de marzo de 2012

JANGADAS POR EL RIO URUGUAY

Por: Hugo Quiroz



RECUERDOS DE MI INFANCIA:  

                                                Hoy 4 de octubre de 2011 tengo casi 60 años y recuerdo las jangadas pasar por la "Cachuera" de Monte Caseros o Restingas de Santa Rosa, en esas tardes de pesca del dorado con mi padre.    No siempre, pero solía suceder que en alguna oportunidad, algún tronco se escapaba del montón y era imposible retenerlo o recatarlo por el jangadero; razón por la dirigimos el bote en el que estábamos pescando y fuimos a buscarlo para traerlo a la costa y, ¡oh sorpresa! ,un manojo de 10 o 12 víboras yarará viajaban sobre el tronco. Miramos como nos vigilaban al acercarnos y decidimos al instante dejar que siguiera su curso por el rio Uruguay.
                                   Como recuerdo también les comento que aquella vez, allá por 1960  o quizá un poco más,  un tronco de unos 7 metros de largo pasaba flotando, llevado por la fuerte  correntada, frente al tanque de piedras, entre la Cachuera y la islita rocosa de enfrente.   Estaba crecido.   No se si sería de alguna jangada o simplemente uno de los tantos árboles que la crecida le roba a las barrancas. Lo que si fue curioso, es que el tronco clavó la punta en un pozo y quedó  varado con la mitad afuera apuntando el cielo.  Salieron  del club de Pesca Mbiguá dos remeros para moverlo y llevarlo a la costa.  Cuando estuvieron sobre el y lo empujaron para acostarlo, éste se hundió y desapareció bajo las aguas del Uruguay.  Se lo tragó.  Nunca mas apareció.  Quedo guardado como un secreto que naie nunca pudo descifrarlo. 

Puerto Ceibo fue el Puerto de Monte Caseros

Por: Roberto Antonio Lizarazu


1858/1895 Puerto Ceibo fue durante varias décadas el verdadero puerto de Monte Caseros.


Monte Caseros, contó durante varias décadas con un verdadero y activo puerto con movimiento de pasajeros y mercaderías hacia el sur y hacia el norte por el río Uruguay. Ese puerto se denomina Puerto Ceibo y se constituyó en un evidente precursor de la navegación y el transporte fluvial.


Hoy en día los expertos en transporte multimodal, han llegado a la conclusión que el transporte fluvial es el más económico, ecológico y eficiente de todos los medios conocidos.


Hace más de siglo y medio, Puerto Ceibo el puerto de nuestro pueblo, contaba con un muelle y amarradero apropiado para el movimiento de pasajeros y mercaderías y sus instalaciones servían a vapores de hasta treinta metros de eslora.


Los servicios fluviales comienzan en 1858 con un solo vapor el “Uruguay” en el sector del Alto Uruguay, que es el sector que mencionaremos. En este sector que unía Puerto Ceibo, que era el puerto de Monte Caseros, con Paso de los Libres, Uruguayana, Itaquí, Yapeyú, Alvear, Sao Borja y Santo Tomé. Para el año 1865 se agregaron al servicio los barcos “Estela”, “Federación”, “Expreso Itaquí” y “Neptuno”. Todos estos vapores tenían entre veinticinco y treinta metros de eslora. Luego para 1880, se sumaron al servicio los vapores “Iberá”, “Mensajero” y “Cuñataí”.


Puerto Ceibo (Monte Caseros) dividía con su cachuera de Santa Rosa (restinga de Santa Rosa) el servicio en dos sectores: Alto Uruguay y Bajo Uruguay.

El sector del Bajo Uruguay, que en teoría llegaba a Buenos Aires, presentaba varios problemas muy complejos con la cachuera de Santa Rosa (restinga de Santa Rosa, ubicada en el Km. 492) y con la restinga de San Pedro (Km. 520). Además en Salto Chico y sobre todo con Salto Grande que representaba una dificultad casi insalvable. Este último obstáculo se salvaba realizando el tránsito por tierra y en carretas.


Todo este servicio fluvial recibe su golpe de gracia el 12 de enero de 1890 cuando una tormenta de inusitada violencia cae sobre nuestro pueblo y sus cercanías. Cerca del amarradero de Puerto Ceibo, naufraga el vapor “Iberá” y el capitán del mismo James Carrol y Mac Kenna muere ahogado después de poner a salvo a toda la tripulación.


James Carroll y Mac Kenna, nació el 17 de setiembre de 1846, en Liverpool, Inglaterra y fue sepultado en Monte Caseros en el Cementerio nuevo, en el sector de disidentes, el 14 de enero de 1890. Una lápida recuerda su vida, su muerte y su heroico accionar al salvar a toda la tripulación.


James Carroll vivía en Monte Caseros y era casado con una montecasereña , la señora Virginia Olivera.


Hasta 1950, descendientes de la familia Carroll vivían en la calle 2 de Febrero, en una propiedad de amplio frente, entre la farmacia Anglo Argentina y la familia Bernis-Carballo.


En la actualidad en el Barrio Centenario, un pasaje lleva su apellido en su memoria.


Durante las casi cuatro décadas, desde 1858 hasta 1895 que termina este servicio fluvial, las causas de su finalización fueron varias y no solamente el trágico naufragio del “Iberá”. El ferrocarril ya conectaba Corrientes capital y Posadas con Monte Caseros y desde allí con Buenos Aires. Para esta fecha el proyectado ramal a Puerto Ceibo ya había sido desechado.


El proyecto ferroviario originario de Puerto Ceibo, brevemente era el siguiente: Un ramal de Estación Monte Caseros a Estación del Este, de allí hasta Puerto Ceibo, y de Puerto Ceibo hasta Paso de los Libres, con sus respectivas paradas intermedias, costeando el Río Uruguay.


Las obras de infraestructura, sobre todo la envergadura de los puentes sobre los distintos ríos que había que sortear eran de muchísimo mayor costo, que los que finalmente se realizaron en la traza tierra adentro, alejada de la costa del Uruguay.


Este fue el verdadero motivo de que quedase sin realizar el proyecto ferroviario original, que incluía a Puerto Ceibo, como Puerto de Monte Caseros. Lo del siniestro del “Iberá” y la muerte de James Carroll y Mac Kenna que ya se cumplieron 120 años, fue solamente el golpe de gracia.


Aunque ahora nos pudiera parecer extraño, en ese momento, cuando Puerto Ceibo progresaba, los vecinos de Monte Caseros no consideraban con buenos ojos ese crecimiento, por que disminuía las posibilidades de desarrollo del pueblo en sí.
Las opiniones de los vecinos montecasereños contra el funcionamiento de Puerto Ceibo eran evidentemente llamativas. No todas eran rosas.


Efectivamente para los porteños de Puerto Ceibo no todo era viento de cola. Por diferentes motivaciones los vecinos montecasereños en general, no veían como un hecho auspicioso, el rápido desarrollo económico y el crecimiento poblacional del novel puerto de nuestro pueblo.


Los celos del alma y del bolsillo afloraron inmediatamente al compararse el crecimiento del pueblo y de su puerto.


Si observamos la dificultad en perspectiva, vemos que este enfrentamiento larvado que existe entre las ciudades y sus respectivos puertos, sobre todo cuando el puerto queda a una considerable distancia de la ciudad, es tan viejo como la injusticia, y la Historia nos muestra decenas de ejemplos al respecto. Monte Caseros y Puerto Ceibo no podían escapar a esta regla.


El 24 de noviembre de 1879, siendo el Jefe Político de Monte Caseros (equivalente al actual Intendente) Don Ismael Ramírez, el Juez de Paz Don Nicandro Mouzo y el Presidente de la Corporación Municipal (equivalente al actual presidente del Concejo Deliberante) Don Eduardo Mouzo, se realiza una reunión entre representantes provinciales, representantes del ferrocarril y representantes municipales (los arriba mencionados) por una parte y por la otra de vecinos de Monte Caseros.


Los resultados de la reunión mencionada y que consta en el Acta respectiva, se pueden leer algunas opiniones de los representantes de los vecinos que fueron muy negativas, tales como “… el proyectado ramal importa una completa ruina para la propiedad urbana de este pueblo a la vez que para muchos proletarios cuyos brazos quedan sin ocupación. Se llegará hasta la mendicidad si se entrega al monopolio de la “Empresa” (ferroviaria) el tráfico de la estación al puerto por carretillas.” El voto de los vecinos fue por amplia mayoría un rotundo NO.


En este mismo sentido, Don Eulogio Solari, testigo de este proceso y antiguo compoblano, escribió “Esta pequeña línea (ramal al Ceibo) reportó males incalculables para Caseros, pues todo el movimiento que existía en su puerto desapareció gradualmente. Se habilitó el Puerto Ceibo estableciéndose el Resguardo (Depósito y Aduana) y el pueblo comenzó a languidecer de manera visible, pues las cargas venían directamente de Concordia al Ceibo dejando aislado a Caseros que, privado así del principal factor de su adelanto, hubiera permanecido estacionario a no ser por la agricultura que le permitió reparar en parte el perjuicio que le acarreaba el nuevo puerto”.


El censo nacional de 1869 daba para todo el Departamento de Monte Caseros, incluido Puerto Ceibo, 3.731 habitantes y para el pueblo 672. El censo de 1895, para todo el Departamento 11.381 y para el pueblo 2.500. En esta oportunidad por primera vez censado separado, para Puerto Ceibo 855.



James Carroll y Mac Kenna. La reproducción de esta fotografía fue autorizada  por el señor Sebas Vallejos y pertenece a su importante colección.

En 1895 Monte Caseros tiene 2.500 habitantes y Puerto Ceibo 855. Puerto Ceibo es en ese momento, demográficamente, un tercio de Monte Caseros. De haber seguido esa tendencia con el funcionamiento del puerto, cual hubiese sido el futuro de ambas localidades. ¿Una ciudad con un puerto o un puerto con una ciudad? Por ahora solamente somos una ciudad sin un verdadero puerto.