domingo, 8 de enero de 2012

Don JUAN PUJOL


ALGUNAS NOTICIAS SOBRE JUAN PUJOL EL FUNDADOR DE NUESTRO PUEBLO




Por: Roberto Antonio Lizarazu


Juan Gregorio Pujol nace en Saladas el 27 de noviembre de 1817 y fallece en Buenos Aires el 16 de agosto de 1861. Fue gobernador de nuestra provincia del 25 de agosto de 1852 hasta el 11 de diciembre de 1859.


Recibido de abogado en la Universidad de Córdoba, donde egresó como Doctor en Leyes en 1838, cuando recién cumplía los 21 años.


Previamente a su gobernación entre 1852 y 1859, se había desempeñado entre 1844 y 1846 como Ministro de Guerra de Joaquín de Madariaga, y luego entre 1848 y 1851, como encargado de las Relaciones Exteriores en la gobernación de Benjamín Virasoro.


Posteriormente a su gobernación, fue el Ministro del Interior de la Confederación Argentina durante la presidencia de Santiago Derqui, entre 1860 y 1861. Este alto cargo lo ejerce hasta su fallecimiento el 16 de agosto de 1861.


En 1851 Corrientes se encontraba políticamente dividida entre los federales partidarios de Rosas y los federales partidarios de Urquiza. Estando Pujol a cargo de las Relaciones Exteriores de nuestra provincia en la gobernación del General Benjamín Virasoro, que era federal urquicista, le respondía totalmente a este. Se produce el célebre manifiesto de mayo de 1851, por el cual Urquiza invita a las provincias a expresarse, entre otras cosas, respecto de la representación de las relaciones exteriores que Rosas ejercía desde 1831 y que recientemente había renunciado. Entre Ríos y Corrientes, Urquiza y Virasoro, aceptaron la renuncia de Rosas y la fractura de la Confederación queda definitivamente concretada.


Producida la declaración de guerra a Rosas, Juan Gregorio Pujol participa de la campaña militar del denominado Ejército Grande, o Ejército Libertador, que culmina en la batalla de Monte Caseros, acompañando al General Benjamín Virasoro en calidad de secretario. Queda a cargo del gobierno de nuestra provincia Don Domingo Latorre, quien había sido designado para ese efecto por la Legislatura.


Gobierno del Doctor Juan Gregorio Pujol. Durante la ausencia de Virasoro, de Pujol y de los demás participantes en la campaña del ejército grande, en nuestra provincia se producía una gran agitación que era previsible dada la renovación de las autoridades nacionales que perduraban desde hacía treinta años. Don Domingo Latorre si bien era un respetado vecino correntino caracterizado por su probidad y su prudencia, se vio desbordado por los acontecimientos. El propio Virasoro es depuesto de su cargo e igualmente el provisorio Latorre. Queda a cargo designado como gobernador por la Legislatura Don Luis Molina, quien al poco tiempo renuncia para poder finalmente elegirse a Juan Gregorio Pujol, quien asume el 28 de agosto de 1852, seis meses después de la caída de Rosas.


Podríamos definir a su gobierno como netamente progresista (del antiguo concepto del progreso). Laborioso, un gobierno de trabajo, fecundo en iniciativas comerciales, educativas y culturales. Contó con la colaboración del doctor Gregorio Valdez, quien fue su mano derecha y había sido un destacado ministro del gobierno del General Joaquín de Madariaga. Valdez, hombre de una inusual ilustración y de un acentuado patriotismo, había nacido en nuestra provincia y provenía de una tradicional familia correntina.


Juan Pujol al comienzo de su gobierno tuvo reservas y manifiestas reticencias contra Urquiza. Esta posición le valió el severo juicio de importantes historiadores como Ramón José Cárcano, quien criticó duramente a Pujol por su indefinición en su obra De Caseros al once de septiembre: “De carácter movible e impávido que al mismo tiempo que reiteraba su lealtad y decisión al vencedor de Caseros, pactaba con todos para derribarlo, y muestran al Gobernador de Corrientes, dominado por la vacilación y el temor, y entregado a una política de báscula. No hay ejemplo de duplicidad tan bien documentada en la historia nacional.” Exagera Cárcano, para quien evidentemente, Pujol no gozaba de sus simpatías. Algunos autores sostienen que en realidad la que no gozaba de las simpatías del cordobés Cárcano, era Corrientes más que Pujol. Entre Cárcano, quien después en 1931 llega a la presidencia de la Academia Nacional de la Historia, y nuestro historiador Manuel Florencio Mantilla, miembro de ella, se producen varios y polémicos desacuerdos sobre la interpretación de hechos históricos correntinos que podrían llenar un tomo entero. Pero eso es para otro comentario.




También es verdad que nuestros insuperables historiadores clásicos como Ángel Acuña, Manuel F. Mantilla y Federico Palma, también critican a Juan Pujol pero puntualmente por otro hecho histórico casi ignorado por la historiografía argentina.
Pujol propone a Urquiza, la creación de una República constituida por las provincias de Entre Ríos y Corrientes. Entre Ríos en ese momento se encontraba totalmente federalizada y la capital de la confederación/república era Paraná. Fue un proyecto que hoy se observa como descabellado y yo personalmente no me atrevería a afirmar cuales fueron los verdaderos motivos por los cuales Juan Pujol le propone a Urquiza este proyecto que recibe las críticas unánimes de nuestros autores locales y nacionales. Pero todos los hechos históricos son opinables, y finalmente este en particular no se lleva a cabo.


Refundación de Monte Caseros. El 2 de febrero de 1855, durante su segundo período de gobierno, Juan Pujol promulga la Ley que dispone la fundación de “un pueblo en la margen del río Uruguay, en el lugar llamado Paso de Higos”. Esta refundación se realiza en tierras de propiedad del ex gobernador Virasoro, resultando Monte Caseros capital del Departamento del mismo nombre de 2.750 Km2.


Este mismo nombre Paso de Higos es el utilizado en la Ley de 1829, durante la gobernación de Pedro Dionisio Cabral, donde se dispone la primera fundación de la actual ciudad de Monte Caseros. Pero el nombre de Monte Caseros recién aparece el 9 de marzo de 1858, cuando se crea un nuevo Departamento con esa denominación, que es el que perdura. Esta segunda intentona, se concreta en base a un trabajo de reconocimiento y mensura realizado sobre el terreno por el ingeniero Nicolás Grondona.


La Colonia de San Juan. Es sabido que una auténtica preocupación colonizadora animó a todos los hombres de la Confederación, la que inmediatamente después de Caseros se lleva a cabo de manera generalizada en todo el país. Nuestra provincia gobernada por Juan Pujol, realiza el primer contrato que cristalizó esa tendencia.


El 29 de enero de 1853, se firma este primer convenio entre Juan Pujol con el médico francés, el doctor Augusto Brougnes. En este intento vino de Francia, procedente de Burdeos, un contingente que forma hacia 1855 la Colonia Nueva Burdeos, según algunos autores; otros la mencionan como Colonia San Juan y otros como Colonia San Juan del Puerto de Santa Ana, que finalmente no prospera por falta de infraestructura que hiciese viable la posibilidad de radicación. Respecto a estas diferentes denominaciones, que yo sepa, se encuentra aún sin explicar de manera documentada. Para complicar el tema existe una Colonia Nueva Burdeos, que se radicó en el Chaco Paraguayo, por un convenio firmado en 1854 entre Carlos Antonio López y un armador de Burdeos llamado también Antonio López. Pero todo esto es tema para un comentario aparte.


Juan Pujol finaliza su primer período de gobierno en diciembre de 1853, la Legislatura reunida el 19 de ese mismo mes, reelige a Pujol para un nuevo período. Al finalizar su segundo período el 26 de agosto de 1855, inició sus sesiones la Convención Constituyente que debía dictar la nueva Constitución Provincial acorde a los preceptos de la flamante Constitución Nacional, la que fue sancionada el 12 de octubre de 1855 para ser jurada y entrar en vigencia el 26 de diciembre de 1856.


Nuestra nueva Constitución establecía la no reelección del gobernador, pero como comenzaba a regir desde 1857, Pujol pudo obtener su reelección por tercera vez, para un nuevo trienio.


En sus dos últimos períodos de gobierno se ocupó de organizar un partido político que le respondiera en sus proyectos provinciales. Este partido termina siendo el Partido Liberal, que a la postre es una de las dos fuerzas políticas de mayor vitalidad y vigencia de ese momento histórico de nuestra provincia.


Finalmente termina su tercer período de gobierno y lo sucede su ex ministro y partidario (Liberal), el canónigo Doctor José María Rolón en fecha 11 de diciembre de 1859.


Como ya lo mencionamos Juan Pujol fallece en Buenos Aires el 16 de agosto de 1861, siendo Ministro del Interior de la Confederación Argentina.

La Gran Frustración


La gran frustración deportiva de 1974 (El drama del El Turco Galvez )


por JUAN ABEL ANGÉLICO


Ernesto “El turco” Gálvez, era uno de esos mecánicos del pueblo que arreglan de todo, desde un arado de los gringos del campo hasta un automóvil, el era desde chapista hasta rectificador de motores, trabajaba en su taller o a veces en alguna urgencia lo hacia a domicilio, como los médicos, moviéndose con su vieja moto Gilera de color rojo.
Su pasión eran los fierros, el decía que estaba casado con ellos, por que el no tenia mujer ni hijos, cuando el dinero le alcanzaba competía en la categoría que se corría en la zona, “turismo cafetera” aquellos autitos artesanales armados a puro martillo, soldador y sentimientos con motores de Jeep o de los entrañables Ford T, digo cuando el dinero lo permitía por que cuando rompía el auto, no tenia recursos para repararlo esto lo obligaba a estar inactivo algunas semanas. Por que el turco Ernesto era puro corazón, un buen tipo, amigo de todos y generoso al poner un precio a su trabajo, por que cobraba muy poco, y a veces no lo hacia por eso apenas le alcanzaba para cubrir sus gastos, la filosofía de el era simple: “Dios proveerá” era su lema y que con que tenga para comer y pagar la luz estaba conforme.
Su modesto taller, por la calle Juan Pujol , no tenia nada distinto de los otros talleres mecánicos del país, una fosa , trapos engrasados por todos los rincones , una mesa con herramientas engrasadas desparramadas a lo largo de ella, un fuerte olor a nafta, aceite y grasa además de motores, y otras piezas de autos junto a latas vacías desparramadas por el suelo del taller , en la vereda y el patio una cantidad de autos de todas clases, colores y tipos desarmados olvidados por sus dueños, se podía ver desde los cuadrados e ingleses Rugby de 6 cilindros , hasta los Ford 8 con sus clásico color negro, pasando chatita Ford T y otros Ford A.
Al taller tampoco faltaba la presencia de las vedettes y artistas del momento, Moria Casan, Graciela Lobato y Zulma Faiad mostraban su imponente figura en los clásicos almanaques, mezclados con fotos de otras artistas desconocidas.
Sobre los ladrillos de la pared oeste, estaba cubierta de posters de autos de carreras de todas las épocas clases y tipos, eso si el turco siempre se anunciaba como fanático de Ford, en la clásica pelea de esa época entre los fanáticos de Ford y Chevrolet.
Junto a los autos fotos de sus pilotos , allí estaba Juan Manuel Fangio, los hermanos Galvez junto su auto y su clásica sonrisa adornada por los bigotitos de moda en esa época, con ellos compartían la pared “El gringo” Di Palma, Oscar Cabalen, Marincovich y el querido “Lole” Reutemann de el había muchas fotos , casi todas de la revista “El gráfico”, algunas con su buzo antiflama y su casco en la mano, con su sonrisa característica , otras juntos a sus autos de formula 3 europea en la cual compitió o las mas viejas junto a los sport prototipo y la mas nueva, el Lole junto a su flamante Brabham BT44 color blanco su ultima escudería.

La pasión por el automovilismo del Turco Galvez, era conocida por todo el pueblo y las colonias de la zona, el insistía en su parentesco lejano con los hermanos Galvez, de los cuales contaba anécdotas familiares las que nunca supimos que sean verdaderas, y para mas datos fanático declarado del “Lole “ Reutemann.
A la tarde era costumbre nuestra visita al Turco en su taller, allí la charla solo se interrumpía para escuchar el programa “La oral deportiva” que transmitía Radio Rivadavia, al terminar el programa continuábamos conversando del tema recurrente de los hombres de la época, el fútbol y el automovilismo.
Los Domingos, nos reuníamos en el taller sentados en circulo, en el centro la radio “Tonomac 7 mares” escuchando “Carburando” que transmitía las carreras de auto que se organizaban en todo los puntos del país, en esa época muchas veces se competía en las rutas, se ponía la radio a todo volumen y mientras comían rodajas de salame con pan y cubitos de queso regados por el aperitivo “Marcela” .
En los meses de Agosto o Septiembre del 73 , se instalo una repetidora de Canal 7 de Buenos Aires , que modestamente y con mucho sacrificio de un grupo de gente emitía primero en forma experimental, así fue hasta 1 de julio de 1974 ese fatídico día que moría el general Perón, iniciaba su transmicion oficial.
En determinados horarios, este canal transmitía las carreras de Formula 1 internacional, domingo por medio, esos días se cambiaba la “Tonomac” por el “Marshall” el enorme televisor de blanco y negro.
El Gordo Villegas y Carlitos “paloma” García eran los encargados del asado, mas tarde seguíamos prendidos a la radio escuchando los relatos del querido “Gordo” José María Muñoz, transmitiendo la emoción de algún clásico. .
Corría Noviembre de 1973, un día el periodista Gonzáles Rouco anuncio por Radio Rivadavia el calendario de Formula uno internacional se iniciaría en el autódromo 17 de Octubre de la ciudad de Buenos Aires , hoy conocido como Juan y Oscar Gálvez, el Domingo 13 de Enero de 1974. Los muchachos del taller, decidimos darle una alegría a nuestro amigo y durante todo el mes de Diciembre nos dedicamos a juntar dinero para el pasaje en tren, y la entrada al autódromo, ¿como lo hicimos? La verdad que no me acuerdo, pero el Domingo 6 de Enero, durante el asado le entregamos solemnemente un sobre de papel madera conteniendo el dinero recaudado, alcanzaba para el pasaje ida y vuelta a la capital, la entrada del autódromo y hasta una pequeña suma de dinero para comer un choripan en la tribuna, además de una nota destinada a la ria del flaco “escopeta” Sorcoli, para que lo reciba al turco algunas horas en su casa, del barrio de Almagro.
Seguramente a el turco Ernesto nunca los días pasaron tan lentos, y por fin llego el viernes, en la estación estábamos sus amigos de siempre que lo despedimos con interminables abrazos, antes de abordar el tren a la capital, “El Gran Capitán”, contentos y satisfechos por haber hecho feliz a nuestro querido amigo, quien en verdad doy fe que se lo merecía, sencillamente por ser un gran tipo.
Todo el barrio esos días estaba convulsionado, si hasta en el bar de el Tano Rubén se acondiciono mas mesas pensando en la cantidad de gente que concurriría a ver la carrera en el autódromo de Buenos -aires y donde nada mas y nada menos estaría alguien del pueblo.
Ese día los amigos del turco nos reunimos en el taller desde temprano, religiosamente seguimos la rutina del aperitivo y la picada , mientras preparaban el asado y mirábamos la carrera por televisor.
Los muchachos sacaron el “Marshall” y lo colocaron sobre el banco de trabajo del taller, apartando las herramientas y trapos engrasados, las válvulas electrónicas se encendieron mas rojas que nunca ese día o por lo menos eso nos parecía, con la modorra del almuerzo se sentaron cada cual en el lugar de siempre , el gordo Villegas sentado en una lata de grasa y Carlitos Garcia , en un banquito de madera yo sentado en la silla con el respaldo hacia adelante para apoyar mis brazos y sobre ellos mi cara, los demás se acomodaron en el suelo.
En eso estaban cuando entra el flaco “escopeta” Sorcoli, corriendo y gritando que su tía de buenos aires le mando un telegrama , para avisarle que el turco gano en un sorteo con el numero de la entrada, la posibilidad de mirar la carrera desde los boxes del Lole ,según le comento a ella, por teléfono, el primo de Sorcoli que trabajaba en un puesto de choripan en el autódromo.
Ahora existía otra razón mas para ver la carrera, ver al turco Galvez en los boxes de Lole, por un rato fue imposible verlo por que en realidad mostraban solo pantallazos de los boxes.
El entusiasmo era indescriptible, el Lole puntero por primera vez ganaría en el autódromo de Buenos Aires , le llevaba mas de 30 segundos al australiano Dennis Hulme, vuelta a vuelta la distancia aumentaba y también aumentaba la algarabía de la gente en las tribunas que rugían mas que los motores de los formula uno y aumentaba la alegría y el entusiasmo de la gente del barrio.
Promediando la carrera el Lole entra a los boxes, no importa si total le lleva casi una vuelta al australiano. De pronto, para nuestra sorpresa, entre los mecánicos distinguimos una figura alta y desgarbada conocida para nosotros , era Ernesto nuestro amigo, quien mientras los otros mecánicos cambiaban los neumáticos el cambiaba la toma de aire del auto situada encima del conductor, pocos segundos después el Brabham BT44 salio a la pista nuevamente para recuperar los segundos perdidos, 4 vueltas después, en la vuelta 39, se cae la toma de aire, pasando a milímetros del casco del Lole.
El final de la historia es conocido, a la última vuelta la 53, faltando 600 metros para al linea de llegada, el Brabham BT44 que tenia el numero 7, se detiene sin nafta, la foto final es la del Lole sentado desconsolado con la cabeza en sus manos, junto a su quieto automóvil que segundos antes parecía comerse a los rivales.
Las crónicas de la época cuentan que el motivo fue un contratiempo mecánico inaudito, uno de los mecánicos dejo mal ajustado los tornillos de la toma de aire la que se desprendió, motivo por el cual el auto quemo más combustible que lo habitual.
Después de eso Eduardo “El turco” Gálvez no volvió mas al pueblo, cuenta la gente que se quedo a vivir en la capital, en alguna villa de las tantas que hay , otros dicen que lo vieron pidiendo monedas en la salida de la capilla de Santa Catalina. Si lees esto querido Turco, volvé tus amigos te perdonamos.